5 tipos de sal que debes agregar a tus comidas

La sal es un condimento que exalta el sabor de nuestros alimentos, aunque también es empleada para conservarlos y deshidratarlos.

Es el ingrediente más utilizado en el mundo y el único de origen mineral; este se obtiene a través de la evaporación natural del agua de mar.

Sin embargo, también existen minas de sal cercanas a los océanos o lagos salados, cuyo compuesto obtenido es considerado como el mejor para la alimentación, gracias a su contenido en yodo y cloruro de sodio.

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Según el grosor del grano, este condimento es catalogado como sal gruesa, fina y extra fina. Hay muchas variedades de esta, cada una ofrece distintas posibilidades para cocinar, ¡conócelas!

1. Sal de mesa: Es la más común en el mundo, pues es la que arrojas directo del salero a tus alimentos. También es conocida como sal fina y su consumo no debe exceder los 5 gramos al día.

2. Sal de mar: En su envase siempre se indica el origen, es considerada como la “flor de sal”, es la primera cristalización que aparece en la superficie de las salinas tradicionales y es recolectada a mano por los salineros en las costas. Existen versiones aromatizadas con especias; sin embargo, es mejor al natural ya que presentará sus minerales intactos. 

3. Sal gruesa o gorda: Es la más utilizada en grano o recién molida para sazonar carnes y pescados. Refinada, se le retiran sales que se desintegran como la sal de potasio y la de magnesio. No refinada, es de color gris por las materias arcillosas que conserva, es la mejor opción en cocina, ya que es empleada en cocciones lentas para generar costras en los alimentos y permitirá que estos conserven todo su sabor.

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4. Sal del Himalaya: Procede de las canteras de esta montaña o de los mares secos desde hace 200 millones de años, cercanos a Pakistán. Es de color rosa, debido a sus finos cristales que contienen hierro y es considerada como una de las más puras que existen.

5. Sal kosher: Es empleada tradicionalmente por los judíos para la salazón de algunos alimentos, los permitidos por la tradición culinaria judía. Se trata de una sal de granos gruesos y escamosos, que elimina los residuos de sangre de las carnes antes de comerlas. También se recomienda usarla en las preparaciones del día a día.

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