El champagne y su burbujeante historia

Cuando escuchamos la palabra champagne pensamos en burbujas, dorados y celebraciones: esta bebida, elaborada en la Región de Champagne, Francia, es el vino de las ocasiones más especiales de la vida.

Lo más divertido de su historia es que el creador del champagne fue un monje, el francés Dom Pierre Perignon, en el siglo XVII. Sí, un fraile inventó la bebida que a lo largo de la historia ha sido el centro de memorables celebraciones y grandes fiestas.

¿Cómo nació?

Pierre Perignon, quien era encargado de la elaboración de vino en su monasterio, se dio cuenta de que en ciertas épocas del año el líquido, ya embotellado, producía  burbujas. Estas, al no encontrar escape y acumularse, hacían que la presión aumentara poderosamente dentro de la botella lo que provocaba que los corchos se dispararan y volaran, e incluso, que las mismas botellas estallaran.

Después de haber visto reiteradamente el fenómeno y de perder el miedo a probar el vino burbujeante, el monje notó que si llevaba a cabo ciertos ajustes en el envasado evitaría las explosiones y crearía una bebida espectacular.

Así diseñó el método Champenoise, que consiste en cerrar la botella con un bozal de alambre sujeto al cuello, utilizar un envase grueso con una cápsula pronunciada y la elección de un corcho más resistente. Todo para atesorar las valiosas burbujas.

Para convertirte en un conocedor

Después de cientos de años, el Champagne es un vino espumoso con AOC (Apelación de Origen Controlada), y solo puede elaborarse en la región de Champagne, Francia.

Se prepara con porcentajes de diversas uvas de la región de ese nombre, dependiendo de la graduación que se desee obtener.

La mayoría de los champagnes no indican el año de su elaboración, ya que se consideran vinos de consumo inmediato, para que el tiempo no afecte la capacidad burbujeante de la bebida.

Según su grado de dulzor el champagne se clasifica de la siguiente manera:

·         Brut nature (menos de 3 gramos de azúcar por litro)

·         Brut (Menos de 15 gramos de azúcar por litro)

·         Demi – sec (de 33 a 50 gramos de azúcar por litro)

·         Dulce (Más de 50 gramos de azúcar por litro)

Estamos seguros de que ahora sientes un antojo incontrolable por una flauta llena de champagne,  ¡te entendemos! Y no te preocupes, porque siempre es un buen día para disfrutar de las inigualables burbujas y celebrar la vida.

Lic. Gian Elezer Alfaro Espinosa.