Chile ancho relleno de queso crema con salsa de guayaba: capeado y sin capear

El chile es, quizá, el elemento más representativo de la gastronomía mexicana. En México amamos el chile, tanto que lo usamos en platos salados, dulces e incluso bebidas. No sólo es componente, sino protagonista de platillos, como este chile ancho relleno de queso.

Rellenar vegetales es algo común en todo el mundo, pero que sea un chile es el sello de nuestro país. Los chiles rellenos son un clásico de la cocina mexicana, donde prácticamente cualquier tipo puede prepararse así, no importa si es fresco o seco.

De los chiles secos, el chile ancho es el más popular para rellenar; curiosamente, se trata del chile poblano seco. De acuerdo al Diccionario Enciclopédico de la Gastronomía Mexicana, este plato se encuentra principalmente en el centro del país, donde el picadillo es un relleno común, mas no el único.

Sorprende a tu familia con estos chiles anchos rellenos de queso en salsa de guayaba, el toque perfecto para contrastar sabores.

¿Cómo hacer chiles anchos rellenos?

Preparación:

1. Comienza preparando los chiles anchos: colócalos en un recipiente y cúbrelos con agua caliente. Déjalos remojar de 15 a 20 minutos, hasta que estén suaves.
2. Sin quitar el rabo, corta el chile por la mitad a lo largo, con cuidado de no romperlo; quita las semillas y venas. Coloca sobre papel de cocina absorbente y reserva.
3. En un recipiente coloca el queso crema y aplástalo con un tenedor para ablandarlo, agrega la crema, cebolla, epazote, sal y pimienta, y mezcla.
4. Toma con cuidado los chiles y rellénalos con la mezcla, sin desbordar. Reserva.
5. Para la salsa: parte las guayabas por la mitad y retira las semillas.
6. Licúa la pulpa de las guayabas con el agua, vinagre, miel y chipotle, hasta obtener una mezcla homogénea.
7. Calienta un chorrito de aceite en una cacerola y agrega la salsa de guayaba, cuando comience a hervir, baja el fuego y cocina a fuego bajo para que espese.
8. Sirve los chiles anchos rellenos de queso crema bañados con la salsa y acompañados de arroz o tu guarnición favorita. Si prefieres los chiles capeados, puedes prepararlos de la misma forma, pero capeándolos después de rellenarlos.

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¿Cómo capear los chiles anchos rellenos?

Ingredientes:

• 2 huevos
• 1 pizca de sal
• 1 taza de harina
• Aceite suficiente para freír

Preparación:

1. Comienza separando las claras de las yemas. Coloca las claras en un recipiente limpio, sin restos de grasas, de preferencia de vidrio o aluminio.
2. Comienza a batir las claras a una velocidad constante hasta que dupliquen su volumen y formen picos firmes, lo que se conoce como punto de nieve.
3. Incorpora las yemas una por una, mientras bates entre cada una para que no se baje el capeado. Tip: para evitar que el capeado se baje y darle más estabilidad, agrega una o dos cucharadas de harina a la mezcla.
4. En un sartén o cacerola, pon a calentar suficiente aceite. Cuando esté listo, pasa uno por uno los chiles anchos rellenos por harina, después por el capeado y finalmente fríelos. La harina ayuda a que el capeado se adhiera mejor.
5. Espera a que los chiles se doren por debajo y dales vuelta; mientras se dora por debajo, baña la parte superior con un poco de aceite.
6. Saca los chiles del aceite y escúrrelos sobre papel de cocina absorbente. Sirve solos o con tu caldillo favorito.

¿Cuál es la diferencia entre chiles frescos y secos?

Todos los chiles secos fueron chiles frescos alguna vez. La principal diferencia, es el proceso de maduración y secado al que son sometidos, lo que reduce la cantidad de agua y da otras características en cuanto a sabor y textura.

Como explican expertos en gastronomía, los chiles frescos tienen un alto contenido de agua, el cual no existe en los chiles secos, al ser sometidos a un proceso de secado. Esto también influye en su sabor y textura.

Los primeros tienen un sabor más suave y fresco, aunque eso no significa que no sean picantes, pues esto depende más de la variedad. En contraste, los chiles secos concentran más los sabores, por lo que estos son más intensos e incluso con toques ahumados.

En cuanto a la textura, los chiles frescos son crujientes y jugosos, mientras los secos son duros. Otra característica fundamental es el tiempo de vida, pues los primeros se descomponen con rapidez, por lo que suelen conservarse refrigerados.

Gracias a que al secarse se retira el agua, los chiles secos pueden durar mucho tiempo, siempre y cuando se almacenen en un lugar fresco, seco y oscuro.

Finalmente, los chiles frescos pueden usarse en ensaladas, salsas y platillos para dar un sabor picante o añadir textura. En cambio, los chiles secos son más comunes en salsas cocidas, guisos, adobos y moles.

No importa la forma como compres tus chiles, siempre son un ingrediente que complementa a la perfección tus recetas. Si amas su versión rellena, prueba este chile ancho relleno de queso crema, el nuevo favorito de tu recetario.

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