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Prepara alcachofas en casa, una verdura súper sabrosa y nutriva

Foto: iStock
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Las alcachofas además de ser una verdura deliciosa por sí misma, es muy beneficiosa para la salud; ayuda a regular el colesterol en sangre y es ampliamente recomendada para consumirse si se padece diabetes

Sin embargo, muchas veces no estamos acostumbrados a comerla debido a que no sabemos cómo cocinarla. Pero no te preocupes, es muy fácil. 

Solo sigue estos pasos para disfrutar de su delicado sabor y todas sus propiedades

 

1. Retira las puntas oscuras de las hojas con un cuchillo o unas tijeras de cocina. 

2. Hierve las alcachofas hasta que estén suaves, de 20 a 45 minutos, dependiendo de su tamaño. No tapes la olla en este proceso, porque se oxidan, tornándose de un color café (no muy apetitoso). Están listas cuando jales una de sus hojas y se desprenda con facilidad.

3. Escurre volteadas boca abajo, para evitar que la humedad se acumule en su interior. 

4. Elimina algunas de las hojas externas y pela el tallo. 

5. Reserva las alcachofas limpias, déjalas reposar en agua con hielo y algunas gotas de limón o un manojito de perejil, para evitar que se oscurezcan. 

6. También puedes deshojarlas por completo y al llegar a las hojas más pequeñas, corta a la mitad y elimina el centro; ya que este no es comestible. Quédate solo con la base, qué es conocida como el corazón de la alcachofa y se considera la parte más especial y rica de este ingrediente. 

 

Las hojas, el tallo y el corazón se pueden comer solos o acompañados de mantequilla derretida, aceite de oliva aromatizado y otras salsas cremosas.

Muerde suavemente el extremo de la hojita que estaba pegada al tallo y jala la fibra hacia afuera para que puedas sacar la "carne" de cada una de las hojas.  

La forma en qué más lucen es cuando las sirves completas, bañadas con tu salsa favorita y que cada quién las deshoje poco a poco, conforme se van comiendo.

Si es así ofrece un platito extra para ir descartando la fibra de las hojitas que ya hemos comido.

 

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