El truco más fácil para que la lechuga no se oxide
Te decimos cómo mantener la lechuga fresca por más tiempo.
Rubias, verdes o rojas, a las lechugas las podemos comer crudas o cocidas. Son el complemento perfecto de varios antojitos mexicanos como tostadas, quesadillas fritas, tortas, flautas, sopes y el pozole.
Existen muchas variedades; sin embargo en México las dos que más consumimos son la romana y la orejona; la primera es redonda y tiene un color verde pálido, mientras que la orejona tiene hojas ovaladas y alargadas, y presenta una costilla en el centro.
Seguramente en más de una ocasión has tenido que tirar esa lechuga que se ha puesto amarilla, es porque esta hortaliza se estropea fácilmente si no es guardada de manera adecuada.
Esta es la forma más fácil para mantener la lechuga fresca por más tiempo:
1. Primero que nada, lava bien la lechuga; retira sus hojas y hazlo bajo el chorro de agua. Puedes añadir un par de gotas de desinfectante y enjuagarlas.
2. Seca cada una de las hojas con un centrifugador o con algunas toallas absorbentes.
3. Colócalas sobre un refractario con tapa; pon entre las hojas (enteras) una toalla absorbente, pues evitará que se acumule la humedad y se echen a perder.
4. Introduce el tupper en los cajones para verdura del refrigerador, pues es una área no tan fría, en la que se conservarán más tiempo.
Si requieres almacenar tu lechuga picada, es necesario que la cortes con un cuchillo de plástico o cerámica, pues el de acero podría oxidarla.
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