100 años de comida mexicana y la cocina de autor

Hablar de México es hablar de su comida: del mole, las salsas de molcajete, las quesadillas fritas (con o sin queso), el pozole, la pancita, los mixiotes de conejo, los insectos que saben a hierba y claro, del chocolate y las bebidas espirituosas, esas que te hacen volar a otros mundos sin despegar los pies de la tierra.

Seis recetas que nos recuerdan la comida de la abuela 

Pero también es mencionar la corriente de la cocina de autor, que se basa en la mezcla, o fusión, de técnicas mexicanas con extranjeras, para lograr nuevos sabores, texturas y una presentación original y moderna. Digamos que es una reinterpretación de las recetas tradicionales de más de 100 años de existencia. 

Cada platillo refleja el estilo personal del cocinero, incluso su madurez creativa, y la mayoría de las veces las porciones son pequeñas y forman parte de todo un menú degustación.

Antes de la cocina de autor, una de las mayores fusiones en la historia de la gastronomía mexicana se dio en el siglo XX.

La alimentación básica de la población incluía: frijoles, tortillas, insectos, vegetales, frutas y chile. Fue en 1910, en el clímax del Porfiriato, que la gastronomía nacional pasó por un “afrancesamiento”. Entonces llegaron los suflés, ravioles, macarrones, tallarines, pan francés bísquets, panqués y canapés, entre otras delicias. 

En resumen, la comida mexicana es una cornucopia, rebosante de sabores de los distintos continentes, técnicas de nuestras abuela y utensilios tradicionales.

¡Celebremos estos 100 años de delicias y delirios con estos platillos tradicionales!