Alitas caseras mejores que tus favoritas
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Las alas de pollo son uno de los cortes de esta ave más humildes por una simple razón: tienen muy poca carne. ¿Cómo se transformó una pieza tan poca cosa en un platillo buscado por miles? Teresa Bellissimo, dueña de un bar en Nueva York, las inventó hace más de 5 decadas para darle otro status a las pobres alitas y hacernos felices a todos.
Preparación
1. En un tazón coloca la harina y cubre con ella las alitas. Déjalas absorber la harina mientras preparas la salsa.
2. En un sartén profundo (puede ser un wok) coloca suficiente aceite para freír y caliéntalo. Debe estar a unos 180° C para que se frían bien las alitas y no se quede demasiada grasa en ellas.
3. Para hacer la salsa derrite la mantequilla y mézclala con el ajo, la salsa búfalo, la Valentina, la mostaza, las salsas y la miel. Prueba la mezcla y decide si hace falta ponerle más sal o pimienta. Si te sabe muy picante puedes añadirle una cucharadita de azúcar o un poco más de miel.
4. Esta receta puede seguir de 2 maneras: una es sumergir las alitas con harina en la salsa preparada y luego freírlas y la otra es freír primero las alitas con harina y bañarlas con la salsa. Si las fríen con la salsa se caramelizará un poco (como las preparan en Applebee’s o Chilli’s) y si las bañan después la salsa queda súper fresca.
Recomendación
Sírvelas con aderezo de queso azul y apio para no perder la tradición.
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